Distancia a recorrer: (Ida y vuelta) 20 Km
Recomendaciones: El recorrido se hará todo por carreteras asfaltadas. Con todo, y habida cuenta del recorrido total, se hace preciso llevar agua suficiente.
Cobertura telefónica: aceptable, excepto puntos muy concretos del recorrido.
Punto de partida: Plaza del Ayuntamiento de Antas de Ulla.
Destino: Antiguo balneario de Frádegas, al lado del río Ulla. (Actualmente en ruinas)

La ruta puede hacerse andando o en bicicleta de montaña o paseo.
La idea está pensada para que sea en bicicleta, pero si el visitante dispone de una mañana o tarde (preferentemente en verano), animamos a hacerla andando.
Toda vez que se transitará por carreteras asfaltadas de la red local, consideramos que –salvo puntos muy concretos y de pequeñas distancias- el esfuerzo será medio-bajo.
Hemos estimado en bicicleta para ida y vuelta: 1 hora y 30 minutos (sin contar las paradas que a buen seguro le apetecerán hacer al visitante en muchos puntos del recorrido. Solo es un dato estimativo que hizo quien redacto esta ruta).
Partimos desde la Plaza del Ayuntamiento de Antas de Ulla por la calle General Portomeñe, con dirección a Alvidrón y a la Ponte Merced. Al poco de dejar las últimas casas de la villa ya nos vamos adentrando en un paisaje frondoso en vegetación y rico en biodiversidad. No será difícil que nos encontremos con todo tipo de aves rapaces y, si el visitante tiene suerte, como el autor de esta ruta, hasta puede tener ocasión de observar de cerca ejemplares de corzo…
En el Km 3 llegamos a la aldea de Alvidrón. Sobrepasando sus casas veremos a la derecha el cruceiro de esta parroquia. Recomendamos al visitante girar al lado del citado cruceiro para subir la pequeña ladera con el fin de acercarnos (a menos de 50 metros) a la Iglesia románica más antigua del Ayuntamiento.
Retomemos nuestro camino y volvamos a bajar cara el cruceiro, dando continuidad a la carretera que nos trajo hasta aquí. En el Km 3,6 pasaremos por la aldea de Feás, último núcleo de población hasta que cuando llevemos 5 Km recorridos y lleguemos a la Ponte Merced.
Allí, ya está el Ulla haciendo barullo y al lado de la pequeña ermita, justo antes de cruzar el puente que nos llevaría a tierras del Ayuntamiento de Palas de Rei, nos desviamos a la izquierda, siguiendo el curso del riachuelo que queda a nuestra derecha.
Nuevamente sumergidos en la espesura y riqueza de la vegetación que oxigena los pulmones del ciclista, continuaremos camino con dirección a Santa Mariña.
Veremos el indicador de Vilariño en el Km 6,7, pero nosotros continuaremos la leve ascensión, dejando a la izquierda la frondosidad de robledales y alisos y a la derecha las tierras de labradío de los vecinos de Santa Mariña.
Después de la pequeña subida, y pasado un pinar (Km 7,6), con Santa Marina a nuestra vista, recomendamos detener nuestro camino para –al tiempo que echamos un trago de agua- observemos enfrente nuestra el campanario de la Iglesia y a la izquierda veremos con cierta distancia la solemnidad del Pazo de Santa Mariña.
Animamos a continuar la marcha, ya que en el camino de regreso tendremos ocasión de observarlo con mejor perspectiva y cercanía. Nos adentramos en Santa Mariña hasta llegar a una señal de Stop. Allí cogemos por la derecha en un ángulo mayor de noventa grados. De pronto tendremos a nuestra derecha la Iglesia parroquial y a la izquierda un Vía Crucis de cruceiros en piedra… Si el visitante los quiere contar, mejor que detenga su pedaleo. Es todo un Vía Crucis.
Seguimos nuestra marcha sin abandonar la carretera, dejando a la derecha Vilariño y nos adentramos nuevamente en la espesa vegetación de nuevos y viejos castaños, robles, pinos…hasta que en el Km 9,3 encontraremos –casi oculto entre la vegetación- un cruceiro de piedra, con Cristo bajo Inri y la Virgen de los Dolores por el otro lado. En este punto todos los visitantes del Balneario se santiguaban y refrescaban su caminar.
Poco después del Cruceiro (500 metros después), vislumbrando ya la aldea de Frádegas, tomamos el desvío a la derecha. No abandonaremos esta carretera, que bajaremos con tiento, hasta que nos lleve nuevamente hasta el río. A su lado la vieja construcción del Balneario (Disfrute el visitante de la naturaleza y no espere encontrar un moderno edificio, ya que éste no era el objetivo de nuestra viaje).
Estaremos en el Km 10,7.
El Balneario es una vieja construcción en U, que se encuentra justo antes del puente. En estado ruinoso. Podemos adentrarnos en la “boca” de esa U, siguiendo el camino entre la vegetación, que nos llevará a los “pichos” de aguas sulfurosas.

Dejamos a la elección del visitante lo de probar las aguas. Recordarle solamente que a causa de poder probarlas con fines curativos, vinieron desde antiguo millares de visitantes. (Ahora bien, los supuestos poderes curativos, no son garantía de un sabor agradable…)
El camino de vuelta lo haremos sobre nuestros pasos hasta llegar de nuevo a Santa Mariña (Km 13,5). Allí seguiremos de frente en vez de volver por el mismo camino de la ida. Veremos un magnífico ejemplar de hórreo sobre el muro de mampostería y no muchos metros después tendremos a nuestra izquierda una de las entradas principales del Pazo de Santa Mariña, con el escudo de los Torre Penela sobre el arco.
Siguiendo la carretera, entre el muro del Pazo a la izquierda y el hórreo de la Casa de Regueira a la derecha, continuaremos siempre a la izquierda hasta alejarnos un poco de las últimas casas de Santa Mariña. Más o menos en el Km 13,9 podemos detenernos para observar aquel otro ángulo prometido de la balaustrada del Pazo.
Seguiremos moviendo los pies o pedales, llegando en dos pequeñas subidas al lugar de Gradoi (Km 15 de nuestro recorrido). Pasaremos al lado de la Iglesia parroquial, con su cruceiro a nuestra derecha. Pocos pedaleos después conseguiremos llegar a la aldea de Randulfe, cuna de grandes canteros y maestros constructores de muchos de los hórreos de la comarca.
En el Km 18 veremos a nuestra derecha una buena cantidad de gallinas en libertad, en una gran extensión cerrada con alambrada. Recuerde el visitante que los huevos de estas gallinas que picotean en el suelo de hierbas, de seguro que los habrá visto en muchas tiendas de alimentación de todo el país. Son una pequeña muestra de las que pertenecen a la marca Pazo de Vilane de Antas de Ulla.
Al momento atravesaremos un puente sobre el llamado “rio pequeño” o el “rio del estanco”, uno de los muchos afluentes que Antas aporta también a su hijo el Ulla.
No se aflija el caminante por la subida que sigue a continuación. Es muy poca la distancia que nos separa ya de Antas nuevamente. Tal que así, en el Km 19,8 delante de una pequeña encrucijada, tome el visitante el camino que más se le tercie que ambos los dos…lo llevarán al punto de partida.